Así en el Cielo...
Así en el Cielo como en la Tierra.
En toda circunstancia, vestidos de cualquier apariencia, originarios de la Tierra o del punto más lejano del Cosmos; la tarea es similar: ser testigos de las experiencias que vamos creando a partir de los pensamientos y a través de la mente; siendo a la vez los actores de tales sucesos.
Somos el amor y el odio, la acusación y el perdón, la ira y el miedo, la ironía y la invalidez emocional; lo inspiradamente bello y lo insospechadamente cruel; lo verídico y lo ilusorio, lo completo y lo buscado sin sentido; la aparente abundancia y la evidente escasez.
Somos la paradoja misma de la felicidad, buscando en la repetición del displacer las excusas de las víctimas perfectas.
Somos la completa jurisprudencia del absurdo acumulando sentencias hacia todos basadas en constantes opiniones con argumentos de separación.
Somos los mismos que cuando miramos el Cielo nos olvidamos que los pies están en la Tierra y sólo nos identificamos con cada percepción.
Así nos ocurre cuando no somos capaces de darnos cuenta que en tanto alimentamos el sufrimiento en la Tierra, una parte de nosotros observa con la Consciencia desde el Cielo cual un Águila que desde las alturas puede ver sin involucrarse y desde allí comprueba que somos la contradicción misma en cada acto.
Porque todo es pregunta y respuesta del Ser; porque todo es siempre la mitad del resto; porque en la unión de todas nuestras partes nos Conoceremos; porque somos cuerpo, mente y espiritu a la vez; es que tarde o temprano (sin Tiempo) llegará la auténtica comprensión acerca de qué se tratan los espejos de la Vida, ya que todo es reflejo de nuestra experiecia así en la Tierra como en el Cielo.
Con Amor y Gratitud,
Graciela Khristael
www.facebook.com/oasisdelalmakhristael
En toda circunstancia, vestidos de cualquier apariencia, originarios de la Tierra o del punto más lejano del Cosmos; la tarea es similar: ser testigos de las experiencias que vamos creando a partir de los pensamientos y a través de la mente; siendo a la vez los actores de tales sucesos.
Somos el amor y el odio, la acusación y el perdón, la ira y el miedo, la ironía y la invalidez emocional; lo inspiradamente bello y lo insospechadamente cruel; lo verídico y lo ilusorio, lo completo y lo buscado sin sentido; la aparente abundancia y la evidente escasez.
Somos la paradoja misma de la felicidad, buscando en la repetición del displacer las excusas de las víctimas perfectas.
Somos la completa jurisprudencia del absurdo acumulando sentencias hacia todos basadas en constantes opiniones con argumentos de separación.
Somos los mismos que cuando miramos el Cielo nos olvidamos que los pies están en la Tierra y sólo nos identificamos con cada percepción.
Así nos ocurre cuando no somos capaces de darnos cuenta que en tanto alimentamos el sufrimiento en la Tierra, una parte de nosotros observa con la Consciencia desde el Cielo cual un Águila que desde las alturas puede ver sin involucrarse y desde allí comprueba que somos la contradicción misma en cada acto.
Porque todo es pregunta y respuesta del Ser; porque todo es siempre la mitad del resto; porque en la unión de todas nuestras partes nos Conoceremos; porque somos cuerpo, mente y espiritu a la vez; es que tarde o temprano (sin Tiempo) llegará la auténtica comprensión acerca de qué se tratan los espejos de la Vida, ya que todo es reflejo de nuestra experiecia así en la Tierra como en el Cielo.
Con Amor y Gratitud,
Graciela Khristael
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