Contrastes de Vida.


El regalo de la Vida.

     Me pregunto cómo saber las causas por las que siempre necesitamos estar cerca de las catástrofes para recordar qué bien estábamos con nuestra paz y además, por qué tenemos que darnos cuenta de la vida cada vez que despedimos a los seres queridos, a los amigos, a los artistas y a quienes ya no volveremos a ver por aquí en la Tierra.
Hablamos de estos temas una y otra vez; así como lo hicieron nuestros padres y abuelos, también como lo harán, seguramente, nuestros hijos o los hijos de otros y los nietos; pero seguimos sin encontrar el sendero de la verdadera reflexión porque damos vueltas siempre sobre el mismo enfoque que no es otro que el del pensamiento que genera una falsa creencia como es la de suponer que estamos separados de los hechos. Algo así como decir que las cosas que le suceden a los otros, nada tiene que ver con nosotros; ni en las buenas ni en las malas.
Así, nos perdemos a diario cada vez que no asimilamos la idea de que formamos parte de una especie y que como tal, contiene factores comunes en todo lo que hace a su aparición, permanencia y despedida; y nos olvidamos de todo esto no porque seamos necios sino porque no hemos llegado a conocernos realmente ni en miles años, según relatan nuestros ancestros, ni en lo que llevamos de tiempo intentándolo ahora.
La mayor parte de la vida nos pasa por encima como si de un viento se tratara e insistimos en huir del dolor, de la soledad, de todos los miedos; quizá sosteniendo la ilusión de que todo ello se irá de nosotros pero lo cierto es que siempre, nos guste o no, vamos con ellos. Hay una excepción y es cuando logramos recorrer la emoción del pesar, del pánico, de la angustia, del dolor e incluso, en el otro extremo, de la alegría más intensa, hasta darnos cuenta que no somos nada de eso sino quienes hacemos la experiencia. Eso nos libera mental y espiritualmente, mostrándonos el contraste entre lo real y la ficción de creernos una emoción o un síntoma determinados.
Quizá pueda ayudarnos cada tanto un pequeño balance, una reflexión e incluso una recapitulación acerca de todo cuanto hemos vivido durante el día antes de quedarnos dormidos, sabiendo que la muerte se va con pasajeros pero entre tanto, la vida tiene un regalo para nosotros, hoy.
Les dejo una frase de sanación de memorias dolorosas compartidas entre todos los seres humanos: Lo siento, perdona, gracias, te amo. ***
Peregrinando junto a ustedes:
Graciela González
*** Ho'oponopono. Práctica de los ancestros Hawaianos referida a "Corregir el error" (Hacer lo correcto), asumiendo el 100% de responsabilidad como especie de que todo cuanto nos acontece, nos tiene en uno u otro extremo del planeta unidos por una palabra común a todos: Humano y es la amorosa paz interior la que puede hacer milagros en nosotros. El resto, dada la conexión, vendrá por añadidura.


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