Mente Correcta.
PIENSO Y LUEGO ME HAGO CARGO.
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Graciela González Periodista/Escritora |
Si pudiste comprobar el efecto que producen los pensamientos en el propio cuerpo físico a modo de síntomas y enfermedades; sabrás que el mismo modo de pensar afecta todo alrededor porque juntos creamos una masa crítica hecha de un mismo tipo de pensamiento basado en el juicio, la crítica, la morbosidad, la venganza, la esperanza de catástrofes, la envidia, la ambición y como síntesis podemos acordar que en su promedio es destructivo.
El ego sostiene su imaginaria película y la mente aporta con sus datos desde estrategias hasta modos de comportarnos.
Quizá, para los escépticos, para quienes no quieren hacerse cargo de su responsabilidad -resultado de sus pensamientos- así como para los que aún no han podido aprender a escucharse, surgirá de inmediato la opinión, el juicio e incluso el descrédito a estas perspectivas porque están acostumbrados a los cambios que se generan sólo con actos, sin un proceso previo de análisis basado en el sentido común: antes de cualquier hecho hay un pensamiento.
El correcto pensar nada tiene que ver con "irradiar pensamientos positivos" porque en todo caso se debe verificar si la fuente que irradia está en condiciones de emitir una energía apropiada. Pensar correctamente es el resultado de una mente correcta.
En una honesta introspección podemos alcanzar la sinceridad de nuestro corazón así como la veracidad de nuestras intenciones y la mente quedará entonces a merced de un nuevo tiempo que no es otro que el de libertad mental del Ser para limpiar datos obsoletos que ya no necesita esta humanidad a punto de renacer.
Es momento de soltar viejas modalidades de conductas cuyos efectos los relatan nuestros síntomas físicos, las relaciones vinculares que mantenemos y los efectos que producimos en el entorno creando un círculo vicioso cuando a la inversa el entorno nos modifica. La arrogancia no da ganancia sino todo lo contrario, echa a perder el elixir de las oportunidades y la violencia se enmascara detrás de falsos profetas por no haber entendido que una pared de ladrillos se hace de ladrillos, del mismo modo que un ámbito de paz se hace con la amorosa suma de corazones en paz.
Aquí no se han escrito palabras sólo para completar líneas sino que se ha procedido a una reflexión que la comunidad colectiva de humanos conscientes podría llegar a considerar de su interés, ya que una simple y humilde revisión del modo de pensar la vida cada día puede significar el milagro de una luminosa transformación de la especie humana cuando hayamos aprendido que antes que conquistar algo fuera de nosotros primero deberemos dominar el arte del correcto modo de pensar.
Graciela González
www.facebook.com/oasisdelalmakhristael
El ego sostiene su imaginaria película y la mente aporta con sus datos desde estrategias hasta modos de comportarnos.
Quizá, para los escépticos, para quienes no quieren hacerse cargo de su responsabilidad -resultado de sus pensamientos- así como para los que aún no han podido aprender a escucharse, surgirá de inmediato la opinión, el juicio e incluso el descrédito a estas perspectivas porque están acostumbrados a los cambios que se generan sólo con actos, sin un proceso previo de análisis basado en el sentido común: antes de cualquier hecho hay un pensamiento.
El correcto pensar nada tiene que ver con "irradiar pensamientos positivos" porque en todo caso se debe verificar si la fuente que irradia está en condiciones de emitir una energía apropiada. Pensar correctamente es el resultado de una mente correcta.
En una honesta introspección podemos alcanzar la sinceridad de nuestro corazón así como la veracidad de nuestras intenciones y la mente quedará entonces a merced de un nuevo tiempo que no es otro que el de libertad mental del Ser para limpiar datos obsoletos que ya no necesita esta humanidad a punto de renacer.
Es momento de soltar viejas modalidades de conductas cuyos efectos los relatan nuestros síntomas físicos, las relaciones vinculares que mantenemos y los efectos que producimos en el entorno creando un círculo vicioso cuando a la inversa el entorno nos modifica. La arrogancia no da ganancia sino todo lo contrario, echa a perder el elixir de las oportunidades y la violencia se enmascara detrás de falsos profetas por no haber entendido que una pared de ladrillos se hace de ladrillos, del mismo modo que un ámbito de paz se hace con la amorosa suma de corazones en paz.
Aquí no se han escrito palabras sólo para completar líneas sino que se ha procedido a una reflexión que la comunidad colectiva de humanos conscientes podría llegar a considerar de su interés, ya que una simple y humilde revisión del modo de pensar la vida cada día puede significar el milagro de una luminosa transformación de la especie humana cuando hayamos aprendido que antes que conquistar algo fuera de nosotros primero deberemos dominar el arte del correcto modo de pensar.
Graciela González
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