El Inicio del Cambio - Grace
13
La
información del propio campo.
(Fragmento del Capítulo 13)
...
-Es que a veces, aún
viendo lo que nos sucede, seguimos abrazados al conflicto.
-Vayamos despacio….
Cada
palabra es la versión externa de una idea o pensamiento interior. Cada una de
ellas es una diminuta semilla que dará raíces para convertirse en un acto
cuando la mente necesite de su dato para crear una imagen; eso que solemos
llamar realidad. Guardar semillas de insatisfacción, soledad, impotencia,
envidia, ignorancia, rencor o cuantos términos se te puedan ocurrir en este
instante, de esos que usamos los humanos en nuestras recetas infalibles para destruir
a todo lo que nos duele por egoístas como el amor de los otros, la compañía, el
éxito, la paz interior, la bondad sincera, la lenta pero primorosa armonía de
los otros; atesorarlas -decía- generan grave enfermedad en toda la sociedad.
-Aún se
pueden producir transformaciones en el propio ser para que en la suma de uno
más uno pueda crearse la gran imagen colectiva de ese mundo que soñamos para
nuestras generaciones futuras; para ese planeta posible que se cambia
difundiendo lo que construye siendo capaz de nutrir el alma.
-Quizá vaya siendo tiempo de observarnos con
atención tratando de oír si tenemos oídos incluso consultando con la almohada
cada noche al soñador que somos, si acaso hemos sembrado buenas palabras en
este día.
-Será que vamos hacia cosas que han estado siempre
antes de nosotros.
-Exactamente. Las virtudes, por ejemplo, son
anteriores a los hechos. La bondad no se crea a partir de un acto bueno sino
que ya existe resultando que el evento la reivindica. Es algo previo sino no se
podría reconocer lo bueno. Así los números, son anteriores a los hechos sino no
se podría pensar en numerar cosa alguna. De seguir por ese camino, los inventos
son anteriores a los fenómenos por lo que podría decirse que en definitiva, todo
es anterior a la manifestación de todo.
-Creo que es un buen punto para comprender las promesas,
ya que en general vivimos para alcanzarlas en lugar de discernir cuál es la
causa de sus orígenes.
-Es que la angustia, que no es otra cosa que la
consecuencia de la ansiedad crónica humana, proviene de sostener un sufrimiento
por el sólo hecho de que algo o alguien promete dar consuelo. Por complejo que
resulte verlo, la angustia tiene promesa porque la encontramos en los productos
para consumir, en los profesionales para contener, en el éxito de quien llega a
ser famoso, en la descarga de la violencia, en los rituales según cada creencia,
en la llegada de afectos de ocasión, en la tranquilidad de que no es necesario
discernir sino simplemente elegir entre lo que aparece como oferta de
paliativos. Estamos acostumbrados a pensar de este modo: “La promesa llena mi vacío, completa lo que falta,
garantiza una reparación, quita el temor a que la angustia sea perenne, da
espacios para no hacer, otorga comodidad, es un servicio, satisface, alienta a
mantenerse en el estado de angustia –lo cual es conocido-“; el resto, sólo lo
conoce la promesa que bloquea al yo consciente porque sobrealimenta al yo
condicionado, premia las dependencias garantizando que si haces esto o aquello
recibirás el regalo que no es otra cosa que un placebo para adormecer o domesticar
la psiquis, creando el hábito de no innovar para no perder la promesa.
El humano corriente no se cuestiona cosa
alguna; mucho menos lo que anestesia su sufrimiento. Podría preguntarse por
ejemplo si acaso esas promesas no terminan siendo trampas a su libertad para
vivir despojados de toda ilusión. A lo mejor el corazón estaría más relajado por
lo que nos resultaría más placentero el camino de regreso a nuestras verdaderas
preguntas con sus respectivas respuestas.
-Es que siempre volvemos al tiempo, creo al
volverlo a pensar, como si tácitamente estuviese presente el verdugo para
quienes intenten una atenta escucha de su propio ser.
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GRACE
Graciela González
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