Posible.

Constantemente posible.

      La abundancia es un concepto proveniente del enfoque que se tenga de cada hecho de la vida; el Alma reconoce el camino y es por eso que a través del Tiempo (producto del modo de pensar) va llegando la noticia que se espera para seguir asistiendo a ese curso de la Vida que también se conoce como Milagro.
Tal vez encontremos respuestas en los libros y los e-book, en las conferencias, en las charlas y talleres, en las conversaciones con los otros; resultando que siempre las respuestas más importantes están donde estuvieron siempre: en nosotros mismos.
El conocimiento en cualquiera de sus modalidades, partiendo desde luego de aquello aprendido en el seno de la familia, del grupo de contención, incluso en las situaciones más adversas o marginales; conforma el puntapié inicial de la escuela en la que cada quién llega a graduarse como Maestro o Maestra, conforme haya sido la capacidad que tengamos para asimilar las experiencias.
En el trayecto aparecerá el dolor, el apego, el amor, el perdón, la culpa, el no-merecimiento, la felicidad, así como todo tipo de emoción que -más allá de cualquier biodecodificación- irá relatando en el cuerpo de manera natural el paso de toda esta aventura.
El Ser experimenta la totalidad del viaje, dentro del cuerpo físico y desde la observación que podríamos llamar a distancia de la Conciencia que todo lo abarca; por eso es que entendemos que los límites están dados por los pensamientos, totalmente condicionados a cuanto ha conocido la mente humana y siendo los únicos, que entre uno y otro sucediendo, dejan minúsculas puertas abiertas por donde puede entrar la Luz.
Con Cariño,
Graciela González.

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