Tiempo Perdido.
Acerca de Perder el Tiempo.
-¿El Tiempo se pierde?
-Quizá si se lo considera tal y como un objeto material, podría caber
la posibilidad de extraviarlo. Si en cambio se compara a una energía cuya
duración es efímera, podría recrearse la posibilidad de malgastarla si se invierte
en algo tan efímero como el tiempo mismo.
-¿Acaso el ocio no es tiempo perdido?
-El ocio no. La distracción sí.
-¿Cuál es la diferencia entre uno y otro concepto?
-Sin intentar comparaciones etimológicas, semánticas o de corte
netamente intelectual, el análisis se puede simplificar del siguiente modo: el
ocio es la producción de la nada y la distracción es la creación del todo.
-¡Entonces el ocio es tiempo perdido!
-La distracción en ese estado de análisis lo es. La nada es el vacío
que se necesita para separarse del yo que controla todos nuestros actos; la
distracción conjuga la totalidad de posibles pensamientos y eso es parte de
nuestra prisión mental.
-¿El ocio es entonces una posibilidad creativa?
-No. El ocio es ocio. Si le adjudican acciones ya no lo es.
-¿Por qué se prefiere siempre la distracción a la serena reflexión?
-Porque estamos equipados para procesar datos capaces de conectarnos
con lo que suponemos será la satisfacción de nuestros momentos placenteros. La
serenidad en todo el sentido de la expresión, conlleva paz. Esa frecuencia no
atrae el conflicto pero no estamos acostumbrados a vivir en la calma. Por eso,
los momentos de ocio transitados sin intenciones previas, contribuyen a los
estados de equilibrio de la mente. Acto este último, contrario a los objetivos
del cerebro; cuya actividad esencial es la de facilitar velozmente, conexión
entre todos los datos que en nuestra memoria resume distracción como sinónimo
de satisfacción a los deseos.
-¿Se puede salir del círculo vicioso de la distracción?
-Sí. Es parte de la decisión; líder pacífica del cambio interior.
Seguiremos analizando…
Con Amor,
Graciela Khristael.
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