Equilibrio, no perfección.
Equilibrio, no perfección.
Comprendiendo aquello que pensamos.
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De nuestra mente surgen los pensamientos
y ellos todo lo crean; no sólo cuanto acontece en vigilia sino también lo que
soñaremos e intercambiaremos en todo los ámbitos de nuestras vidas.
Creamos sueños estando despiertos
cuando pensamos un amor, una familia, un estudio y aun cualquiera de los logros
a los que aspiremos; en definitiva, una suerte de álbum de imágenes que día a
día veremos proyectadas en nuestra pantalla mental.
Y un día alcanzamos un título, quizá la
compra de algo que deseábamos, encontramos un amor, amistades e incluso
formamos una familia; todo acontece sin que demore demasiado en nuestros
pensamientos renovados, el lugar que cada cosa y cada evento tendrán en nuestra
cotidianeidad.
Aspiramos a la perfección en los
vínculos, a la honestidad y al crecimiento emocional, afectivo e incluso
cognitivo, en el intercambio con las experiencias de todos y seguimos aceptando
nuestra realidad allí afuera de nosotros en vez de recordar que somos los que
vemos la película.
Si acaso pudiésemos reflexionar acerca
de la importancia de lograr un equilibrio entre lo que somos y lo que creemos
ser, entre lo que todo y todos representan sin ser más que esas imágenes de
nuestras proyecciones; es probable que sepamos aceptar que la diferencia entre
esa actitud y la perfección, radica en observarnos mejor. De ese modo, no
pondríamos resistencia al lugar que los otros -aquellos que soñamos despiertos
como vínculos reales- nos otorguen en sus vidas porque –al fin y al cabo- en
nada nos dañan, sólo nos señalan el número de butaca que tenemos asignado para
ver la película.
Grace.
(2018) La casa de Grace 22
psiconumerosofia@gmail.com
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