Siendo un objeto.

ENTRE EL OBJETO Y EL SUJETO.

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Entre lo pensado y lo hecho hay un trecho llamado tú.
Estás antes de la idea pensada sino ¿Quién la pensaría?; te transformas en el pensamiento mismo sino ¿Quién actuaría por ti? y te asomas a una vidriera para convertirte en lo imaginado.
Un juego de creación y recreación; de adhesión a las imágenes y de una falsa creencia de que todo seguirá del mismo modo, en tanto lo sigas pensando así.
De pronto pasas de ser un sujeto a un objeto que necesita identificarse con sus pares, para lo cual -es inevitable- todo debe transformarse en objetos alrededor. Así, en tanto todo se ha convertido en cosas, el miedo a perder esa realidad creada se convierte a su vez en la energía que sostiene todos los actos, incluyendo el pánico a perder la identidad falsamente creada.
Sin embargo, aún cuando te encuentres muy lejos de quien eres por aceptarte desde tu primer pensamiento como cosa separada de tu verdadero ser; eso que eres en verdad siempre estará en plena atención para restituirte al lugar al que perteneces.
Graciela González
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